Devocional Viernes 30 de Setiembre de 2011
La superioridad de Cristo
Ora
Padre, que como el niño recién nacido busque cada día la “leche espiritual”, tu Palabra, el alimento para mi ser.
Padre, que como el niño recién nacido busque cada día la “leche espiritual”, tu Palabra, el alimento para mi ser.
Lee
En Jesucristo habita todo poder.
En Jesucristo habita todo poder.
He. 2.1-9
2
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La salvación es importante
1 Por eso debemos poner más interés en el mensaje de salvación que hemos oído, para no apartarnos del camino que Dios nos señala.
1 Por eso debemos poner más interés en el mensaje de salvación que hemos oído, para no apartarnos del camino que Dios nos señala.
2 Si el mensaje que anunciaron los ángeles resultó ser verdad, y quienes no lo obedecieron recibieron el castigo que merecían,
3 con más razón seremos castigados nosotros si no reconocemos el gran valor de la salvación que él nos ofrece. Porque el Señor Jesús mismo fue el primero en comunicar el mensaje de salvación, y después, los que oyeron ese mensaje nos demostraron que era verdad.
4 Dios también nos lo demostró por medio de muchas señales y de acciones maravillosas, y también con milagros. Además, cuando lo hizo, les dio el Espíritu Santo a quienes él se lo quiso dar.
Jesús nos salva
5 Dios no ha puesto a los ángeles como jefes del mundo en que vamos a vivir en el futuro. En ese mundo
Jesús nos salva
5 Dios no ha puesto a los ángeles como jefes del mundo en que vamos a vivir en el futuro. En ese mundo
6 el jefe será otro. Pues la Biblia dice: «Dios, ¿qué somos los mortales para que pienses en nosotros y nos tomes en cuenta?
7 ¡Nos creaste casi iguales que a los ángeles! Nos trataste como a reyes;
8 nos diste plena autoridad sobre todo lo que hiciste; nos diste dominio sobre toda tu creación».
Y si Dios le dio «dominio sobre toda la creación», eso quiere decir que nada de lo creado queda fuera de su gobierno. Claro, todavía no vemos que él gobierne sobre todas las cosas. 9 Pero Dios nos ama y envió a Jesús a morir para salvarnos. Por eso, aunque Dios permitió que, por algún tiempo, Jesús fuera menos importante que los ángeles, ahora Jesús ha recibido gloria y honor.
7 ¡Nos creaste casi iguales que a los ángeles! Nos trataste como a reyes;
8 nos diste plena autoridad sobre todo lo que hiciste; nos diste dominio sobre toda tu creación».
Y si Dios le dio «dominio sobre toda la creación», eso quiere decir que nada de lo creado queda fuera de su gobierno. Claro, todavía no vemos que él gobierne sobre todas las cosas. 9 Pero Dios nos ama y envió a Jesús a morir para salvarnos. Por eso, aunque Dios permitió que, por algún tiempo, Jesús fuera menos importante que los ángeles, ahora Jesús ha recibido gloria y honor.
Medita
Este pasaje tiene en el horizonte el capítulo 1; viene a ser la aplicación de todo lo expresado anteriormente, esto es: La superioridad de Cristo a los ángeles. De por medio está la realidad: ¡Jesucristo es superior! Pero si esto no afecta nuestro cotidiano vivir y no prestamos atención a las palabras del excelso. ¿Qué sentido tiene para nuestra vida que Él sea superior? Si nuestro corazón es cautivado por cosas terrenas que superan nuestra hambre y sed de Dios, ¿Cómo podríamos afirmar que Cristo es superior en nuestra vida? Debemos rendirnos completamente ante aquel que es el Rey de reyes y Señor de Señores reconociendo su gobierno sobre nosotros.
Otra consideración muy importante es la concerniente al descuido de nuestra salvación. La exhortación (1.1-14) debe movernos a considerar la centralidad de Cristo y su Palabra, y la forma en que esta afecta nuestro diario vivir. “Atender” (1) implica no sólo escuchar para estar informado, sino vivir en armonía con la verdad de Dios, ocupándonos, con temor y temblor, en nuestra salvación (Fil. 2:12).
El autor sagrado introduce la expresión “mundo venidero” (5), indicando que la superioridad de Cristo y su reino transcienden las fronteras del tiempo presente y alcanzarán su máxima expresión terrena en la era mesiánica en donde el soberano, Jesucristo, se sentará en el trono y regirá el mundo con justicia.
Aplica
¿Qué evidencias puedes presentar para confirmar que Cristo es el Señor de tu vida? ¿Qué haces para vivir diariamente en armonía con la verdad de Dios? ¿Has descuidado tu salvación? ¿Qué harás para cuidar de ella con “temor y temblor”? ¿Estás ayudando a otros a encontrar la salvación en Cristo?
Este pasaje tiene en el horizonte el capítulo 1; viene a ser la aplicación de todo lo expresado anteriormente, esto es: La superioridad de Cristo a los ángeles. De por medio está la realidad: ¡Jesucristo es superior! Pero si esto no afecta nuestro cotidiano vivir y no prestamos atención a las palabras del excelso. ¿Qué sentido tiene para nuestra vida que Él sea superior? Si nuestro corazón es cautivado por cosas terrenas que superan nuestra hambre y sed de Dios, ¿Cómo podríamos afirmar que Cristo es superior en nuestra vida? Debemos rendirnos completamente ante aquel que es el Rey de reyes y Señor de Señores reconociendo su gobierno sobre nosotros.
Otra consideración muy importante es la concerniente al descuido de nuestra salvación. La exhortación (1.1-14) debe movernos a considerar la centralidad de Cristo y su Palabra, y la forma en que esta afecta nuestro diario vivir. “Atender” (1) implica no sólo escuchar para estar informado, sino vivir en armonía con la verdad de Dios, ocupándonos, con temor y temblor, en nuestra salvación (Fil. 2:12).
El autor sagrado introduce la expresión “mundo venidero” (5), indicando que la superioridad de Cristo y su reino transcienden las fronteras del tiempo presente y alcanzarán su máxima expresión terrena en la era mesiánica en donde el soberano, Jesucristo, se sentará en el trono y regirá el mundo con justicia.
Aplica
¿Qué evidencias puedes presentar para confirmar que Cristo es el Señor de tu vida? ¿Qué haces para vivir diariamente en armonía con la verdad de Dios? ¿Has descuidado tu salvación? ¿Qué harás para cuidar de ella con “temor y temblor”? ¿Estás ayudando a otros a encontrar la salvación en Cristo?
Ora
Señor, reconozco que estás a mi lado en todo momento, puesto que eres fiel a tus promesas, y por los siglos de los siglos, no cambias. Hoy me rindo a Ti.
Encuentro con Dios
Unión Bíblica
Todos los derechos reservados
Señor, reconozco que estás a mi lado en todo momento, puesto que eres fiel a tus promesas, y por los siglos de los siglos, no cambias. Hoy me rindo a Ti.
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Fuente: http://www.xn--campaalealabiblia-jxb.com/?cat=8