Se acuerdan de un hombre llamado Simeón al cual Dios lo había dicho que no va a morir hasta que vea a Jesús? Pues aqui, esta hermosa imagen que muestra a Simeón y el bebe Jesús.
Lucas 2, 21-33
2:21 Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre
JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido.
2:22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor
2:23 (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor),
2:24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.
2:25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
2:26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
2:27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley,
2:28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
2:29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
Conforme a tu palabra;
2:30 Porque han visto mis ojos tu salvación,
2:31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
2:32 Luz para revelación a los gentiles,
Y gloria de tu pueblo Israel.
2:33 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.
2:22 Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor
2:23 (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor),
2:24 y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos.
2:25 Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él.
2:26 Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.
2:27 Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley,
2:28 él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo:
2:29 Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz,
Conforme a tu palabra;
2:30 Porque han visto mis ojos tu salvación,
2:31 La cual has preparado en presencia de todos los pueblos;
2:32 Luz para revelación a los gentiles,
Y gloria de tu pueblo Israel.
2:33 Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él.
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