Devocional Diario "La voz de Dios"

Devocional Sábado 26 de Noviembre 2011
La voz de Dios
 
Ora

Padre, dame un corazón que esté dispuesto a prestar atención a tu voz. Líbrame de las distracciones del mundo y de las voces engañosas que se levantan para confundirme y apartarme de ti.
 
Lee
 
Dios trata de captar nuestra atención para obrar en nuestras vidas o enseñarnos algo.

Marcos 9.2-13
 
Jesús se transforma

2 Seis días después, Jesús llevó a Pedro, a Santiago y a Juan hasta un cerro alto, para estar solos. Frente a ellos, Jesús se transformó: 3 su ropa se puso tan blanca y brillante, como jamás aquí en la tierra podría blanquearse. 4 Luego, los tres discípulos vieron aparecer al profeta Elías y a Moisés conversando con Jesús.

5 Entonces Pedro le dijo a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno que estemos aquí! Vamos a hacer tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra más para Elías.»

6 Los discípulos estaban muy asustados, y Pedro se puso a hablar sin pensar en lo que decía.

7 De pronto bajó una nube y se detuvo sobre ellos. Desde la nube se oyó una voz que decía: «Este es mi Hijo, yo lo amo mucho. Ustedes deben obedecerlo.»

8 Enseguida, miraron a su alrededor y ya no había nadie con ellos. Sólo estaba Jesús.

9 Mientras bajaban del cerro, Jesús les ordenó que no le contaran a nadie lo que habían visto hasta que él, el Hijo del hombre, resucitara. 10 Pedro, Santiago y Juan guardaron el secreto, pero se preguntaban qué significaba aquello de resucitar. 11 Entonces le preguntaron:

—¿Por qué dicen los maestros de la Ley que el profeta Elías va a venir antes que el Mesías?

12 Jesús les respondió:

—Eso es verdad. Elías viene primero a preparar todas las cosas. Aunque también es cierto que la Biblia dice que el Hijo del hombre debe sufrir mucho y ser despreciado. 13 Pero yo les aseguro que Elías ya vino, y muchos lo trataron muy mal. Así se anunciaba ya en la Biblia.
 
Medita

Qué glorioso momento cuando el representante de la ley (Moisés) y el representante de los profetas (Elías), aunque habían muerto tiempo atrás, aparecen en escena para hablar con Jesús, y lo hacen ante los ojos de Pedro, Jacobo y Juan.

Eran los tiempos cuando para algunas personas, Moisés (la ley) representaba un recurso de salvación. Asimismo otros esperaban que viniera Elías para iniciar la restauración de todas las cosas, de acuerdo a las profecías de Malaquías.

Pedro, por su lado, está tratando de disponer un lugar para cada uno de ellos (Elías, Moisés y Jesús). Este deseo de Pedro es postergado por una voz del cielo que dijo: “Este es mi Hijo amado; a él oíd”. (7b)

Es impresionante cómo perdemos momentos gloriosos, incluso el poder escuchar la voz de Dios, sólo porque no nos quedamos quietos un momento. Corremos de aquí para allá sin detenernos para escuchar con atención lo que Dios tal vez está tratando de decirnos. Nuestros afanes no nos dejan escuchar sus consejos.

La invitación del Padre al decir: “escuchen a mi Hijo”, es preciosa, pero en ocasiones difícil hacerla nuestra debido a que en el mundo existen muchas voces que tratan de captar nuestra atención e influir en nuestra vida, y la otra es que a veces nuestra propia voz (pensamientos, planes, etc.) suena tan fuerte que no nos deja oír la de Dios.

Jesús calificó a aquellos que escuchan su voz y la ponen por obra, como prudentes y con vidas sólidas. (Mateo 7.24-27)
 
Aplica

¿Te das tiempo para orar y para leer la Biblia con el deseo de oír la voz de Dios? ¿Estás afanado por algo? ¿Qué puedes hacer para liberarte de ese afán? Lee Fil. 4.6-7. La voz de Jesús es dulce y te puede dirigir por caminos de bendición, ¡Escúchala!
 
Ora

Padre, ayúdame a entender tus planes y a planificar mis asuntos según tu voluntad.

Encuentro con Dios
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Fuente: http://www.xn--campaalealabiblia-jxb.com/?cat=8

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